El hachazo en la cabeza por un quítame allá esas lindes del terruño.
La contratación temporal.
Rascarse la entrepierna con rictus de extremo placer.
Rascarse los sobacos con rictus de extremo placer.
Hurgarse las orejas (en el viejo común, la uña del meñique derecho tendrá una longitud considerable con objeto de facilitar la tarea) y las fosas nasales con rictus de extremo placer.
Hacer bolitas con la pelusa de entre los dedos de los pies (con rictus de extremo placer).